En una enfermedad como el alzhéimer, la comunicación debe fluir adecuadamente y llegar a todos sus destinatarios de forma eficaz: la comunicación del diagnóstico al paciente o a su familia, la que deberá establecerse entre los diversos familiares que compartirán el cuidado, la comunicación entre el cuidador y el enfermo, entre el profesional y la familia, la comunicación necesaria para la toma de las grandes decisiones al final de la vida y la dirigida a concienciar a la sociedad sobre el gran problema que a todos los niveles supone.
Y todos estos flujos deberán transcurrir de la forma más eficaz, contando con la mejor formación posible, tanto de sus emisores como de los receptores de la comunicación. Porque de ello se derivará un buen entendimiento entre las partes, que influirá en la calidad de vida del enfermo y, como consecuencia, de su familia cuidadora.
- Adquirir estrategias comunicativas que permitan ofrecer una atención de calidad a enfermos de Alzheimer con limitaciones en la capacidad lingüística, para ofrecerles pautas y técnicas comunicativas, dirigidas a estimular el desarrollo comunicativo y favorecer las interacciones sociales.