En la actualidad, los profesionales de atención temprana y educación infantil se encuentran con alumnado variado en las aulas, lo cual puede ser una fuente de enriquecimiento. Entre esta diversidad, aparece el alumnado con necesidades educativas especiales. Dado que el autismo está presente en la sociedad, lo estará también en las aulas de educación infantil y, en ocasiones, un docente no sabe cómo reaccionar ante esta situación.
En el aula de educación infantil se desarrollan muchos aprendizajes, la mayoría de los cuales se hacen (o deberían hacerse) jugando. En este punto, un niño con autismo, si queremos que este se integre en la vida del aula, del centro y de la sociedad, podemos empezar por introducirle en el juego, a través del cual irá integrándose en los demás campos mediante el desarrollo de múltiples capacidades (como el resto), siendo quizá la más importante la capacidad de relacionarse con otros niños. Si conseguimos que tenga experiencias positivas en las relaciones sociales desde la etapa infantil, estará motivado hacia las relaciones personales en otros momentos de su vida y sabrá cómo hacerlo.
Por ello, en el presente curso tratamos de dotar a los profesionales de atención temprana y desarrollo infantil de herramientas de carácter lúdico que favorezcan la integración de los niños con TEA.
- Repasar el tratamiento histórico que ha tenido el autismo.
- Conocer diferentes herramientas educativas que se pueden utilizar con personas con autismo.
- Revalorizar el juego y utilizarlo como herramienta educativa en la intervención con niños con autismo.
- Exponer una propuesta de intervención útil para desarrollar el juego en un niño con autismo.